TV DIGITAL en CHILE, el negocio frente a sus ojos...

Tras la aprobación del proyecto de ley que introduce la televisión digital en el país, votado en la Cámara de Diputados, el plan modifica la ley que crea el Consejo Nacional de Televisión para “fortalecer su institucionalidad, establece programas de subsidio a la programación de la TV abierta y facilita el proceso de transición entre la televisión abierta análoga y la futura abierta digital”.

La Mesa de Ciudadanía y TV Digital acordó una petición de 11 puntos, considerados los mínimos básicos para que el cambio tecnológico inevitable se traduzca en un avance democratizador y una ampliación cuantitativa y cualitativa del medio televisivo para todos los chilenos.

El sitio web de la Mesa reúne un conjunto de organizaciones preocupadas por el destino de la televisión chilena, a pasos de las digitalización del sistema televisivo. Entre las principales reivindicaciones que plantea está la gratuidad de la TV abierta, el pleno reconocimiento y fomento de las televisiones educativas y comunitarias, la creación de un canal público que transmita contenidos de calidad y el desarrollo de los usos sociales de la TV Digital.

Ve con preocupación la forma en que se ha desarrollado el trámite legislativo por la falta de un debate público que permita discutir a fondo sobre la televisión que queremos y porque el articulado que acaba de ser votado en la Cámara no incorpora todas las reivindicaciones planteadas por la ciudadanía para democratizar las comunicaciones, incorporar nuevos actores al sistema televisivo y velar por el acceso equitativo al espectro radioeléctrico.

Entre las organizaciones participantes, entre las que está la Red de Medios de los Pueblos, la Plataforma Audiovisual, El Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, el Colegio de Periodistas y la Red de Televisiones Comunitarias.

La Mesa de Ciudadanía invita a los ciudadanos y ciudadanas que consideran importante el destino de la televisión chilena a sumarse a los puntos visitando el sitio en www.ciudadaniatv.cl e informándose a través de Twitter en #TVDigitalChile.

Por Nicolás Loonis

La mayoría de las propuestas planteadas por la ciudadanía respecto de estos proyectos de ley no han sido consideradas ni por el Gobierno ni por la Cámara de Diputados, por lo cual esperamos que el Senado tome conciencia de la importancia de este proceso, y proponga al país, un nuevo modelo de Televisión más justo, democrático, culto y diverso, que incluya:

  1. Transportador público

    El Estado debe garantizar que exista un Canal de Televisión de Cobertura Nacional que transmita exclusivamente televisión educativa, cultural y comunitaria.

  2. Composición CNTV y TVN

    Debe modificarse la composición de los integrantes del Consejo Nacional de Televisión (CNTV) y del Directorio de Televisión Nacional (TVN), considerando el carácter más amplio que la televisión debe cumplir, a objeto de neutralizar la tendencia al actual cuoteo político, incorporando representantes de la producción independiente, las universidades y organizaciones sociales afines.

  3. Obligación cable-operadoras

    Las empresas de televisión de pago (televisión por cable) deben incorporar en sus paquetes básicos a los canales educativos, culturales y comunitarios que se transmitan en donde prestan sus servicios.

  4. Mecanismo de concesión comunitaria

    Las concesiones de carácter comunitario se deben otorgar mediante la decisión de un Comité Asesor del Consejo Nacional de Televisión especialmente constituido para esta función y que incluya a representantes de la respectiva comunidad.

    Las concesiones comunitarias recaerán en personas jurídicas sin fines de lucro. Estas velarán por la promoción del desarrollo social y local, como del capital social y comunitario.

    Las concesiones comunitarias deben ser indelegables, por lo que debe quedar prohibida su venta, cesión o transferencia.

    Las concesiones comunitarias no deben ser administradas o gestionadas por organizaciones de carácter político partidista o entidades religiosas regidas por la Ley Nº 19.638.

  5. Única concesión obtenida

    Se debe garantizar la desconcentración de la propiedad de las concesiones de televisión en pocos operadores, por tanto, nadie puede tener más de una concesión de aquellas que utilizan espectro electromagnético en la misma zona de cobertura, porque el espectro electromagnético es escaso y un bien de uso público que nos pertenece a todos los chilenos.

  6. Espectro comunitario

    El Estado debe transparentar el espectro disponible y asegurar, por la vía de la reserva, que el 40% del total del espectro atribuido a televisión se destine a la transmisión de televisión educativa, cultural y comunitaria.

  7. Reconocimiento legal

    Considerando la actual existencia de canales comunitarios de televisión en plena operación, el Estado debe reconocer y validar su existencia.

  8. Porcentaje producción independiente

    Al menos un 40% de la programación deberá corresponder a creaciones audiovisuales de autores nacionales de producción independiente a las estaciones de televisión.

  9. Fomento a la cultura

    Debe existir una política de fomento integral de la TV educativa, cultural y comunitaria que permita su desarrollo y gestión sustentable a futuro.

  10. Gratuidad y libre recepción

    Debe garantizarse la gratuidad en la recepción de la televisión digital.

  11. Usos sociales de televisión digital

    Deben garantizarse los usos sociales asociados a la televisión digital, tales como tele-gobierno, tele-educación y tele-medicina.

Firma la propuesta

ATINA CHILE> La decision de unos pocos

La letra chica

Por Jaime Mondria y Chiara Sáez (*)

El proyecto de ley de tv digital que sigue su curso en el Senado, presenta una serie de debilidades y falta de garantías para el adecuado ejercicio del derecho a la comunicación de los ciudadanos.
Preocupa particularmente el juego comunicacional del Gobierno -a través de la Subtel- y los grandes canales de televisión, agrupados en Anatel.

Mientras el Presidente en el discurso del 21 de Mayo dijo que la Tv Digital será gratuita, Anatel defiende el modelo de televisión pagado y se alista para cobrar a los usuarios por los contenidos.
Si los senadores despachan sin modificar el proyecto tal cual ha llegado de la Cámara Baja, atentarían gravemente contra un desarrollo democrático de la digitalización y condenarían al país a un sistema televisivo menos diverso, menos representativo y más comercial que el actual.

Los componentes más perjudiciales de la ley Las concesiones indefinidas, el 50% de pago de la televisión abierta, y el hecho de que un mismo concesionario pueda tener dos concesiones de espectro en una misma zona geográfica de cobertura, constituyen parte de la letra chica del proyecto: aquello de lo que no se habla demasiado -incluso hasta se niega en público- pero que es nuclear a una ley que sólo busca generar un plan de negocios en el espectro electromagnético. La preocupación por estas materias forma parte de las demandas ciudadanas, que no han sido acogidas ni por el Gobierno ni por el Parlamento. Por otro lado, la Ministra Secretaria General de Gobierno, quien debiera constituir un canal de vinculación entre el Gobierno y las demandas de las organizaciones sociales, tampoco está cumpliendo con la responsabilidad que le otorga la ley.

Con respecto al tema de las concesiones indefinidas, se trata de una reivindicación que ha defendido Anatel desde un principio. Más aún, algunos canales demandan derechos de propiedad sobre las concesiones. Lamentablemente, tanto el gobierno actual como el anterior han sido incapaces de plantear una respuesta de Estado ante ella. Y ahora no sólo tenemos a los antiguos canales públicos (TVN y universitarios) haciendo este reclamo, sino que al menos Megavisión también reclama este derecho. Recordemos que el espectro radioeléctrico es un recurso que pertenece a todos los chilenos y, por lo tanto, no se puede dar en propiedad a nadie.

Sería como privatizar el agua. O el aire.

Sin duda, algunos canales pueden tener derechos preferentes al momento de la transición de sus concesiones al sistema digital, pero entre eso y las concesiones indefinidas hay mucha diferencia. Lo más grave es que de hacerse indefinidas, no existirían causales de revocación. Y esto no genera incentivos para que los canales mejoren su oferta o cumplan con las obligaciones de correcto funcionamiento.
La mayoría de los actuales canales de alcance nacional tienen más de una concesión indefinida. De hecho, en conjunto, tienen más de 200.

De proseguir el proyecto como está, estas concesiones pasarían a ser indefinidas también en formato digital. Es de esperar que los Senadores puedan revertir esta situación.
Espectro y mercado Se preve que mientras dure el simulcasting (período necesario de emisión simultánea en analógico y digital para los canales ya existentes), en regiones como Santiago, Valparaiso y Concepción, se presentarían problemas de escasez de espectro por la cantidad de concesiones que habrá disponibles para los nuevos operadores. En concreto, durante los primeros años de la era digital, sólo habría capacidad para cinco nuevas concesiones de espectro en Santiago. A la hora de hacer efectiva la reserva del 40% para canales regionales, locales, culturales, educativos y comunitarios, sólo habría dos canales de este tipo en el principal centro urbano del país. Algo no cuadra bien: las expectativas son mucho más amplias. Sobre el dividendo digital, es decir, las frecuencias que quedan disponibles luego del apagón analógico, vale la pena hacer una reserva estratégica, es decir que no se pueda asignar para usos distintos a la teleradiodifusión. Esto es importante de señalar ya que se estudia la posibilidad de asignar una parte mayor de la disponibilidad para servicios de telefonía. Urgencia relativa Uno de los principales argumentos de este gobierno y del anterior para poner suma urgencia al debate parlamentario, así como para legitimar el Decreto Supremo 264 (2010) son razones de penetración de mercado, pero sabemos que el número de televisores compatibles con la norma brasileña en Chile no supera los 400 mil.

Entonces es imposible que se produzca el temido “apagón digital”. Si consideramos el número de hogares en Chile de acuerdo al censo de 2002 (4,2 millones) y los datos del número de aparatos de TV por hogar de la última Encuesta Nacional de Televisión (2,4), tenemos como resultado que la urgencia que se está dando a este proyecto de ley beneficia apenas a un porcentaje de la población de entre un 6 a un 10 por ciento.
Sobre este proyecto de ley existen demasiados intereses en juego.

Al Senado le corresponde decidir a favor de qué intereses va a legislar.

Lo que espera la ciudadanía es una defensa contundente del uso democrático del espectro.


(*)Jaime Mondria es Actor y gestor cultural (@jaimemondria) y Chiara Sáez es Socióloga y Doctora en Comunicación (@gatasaba).

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